miércoles, 31 de diciembre de 2008

Cartas, mentiras y ¿cintas de video?

- Manoloooo!!
- Que pasó Paco??
- Has visto la otra page??
- Sip, ya no me sorprendo de nada.
- No, si ya sabemos como están las cosas: acusaciones con nombres del personal, como siempre rigurosamente contrastadas y, también como siempre, con total libertad y disponibilidad para dar otras versiones. Lo de costumbre con estos libertarios de la red.
- Pues sip, porque lo que es en la calle tampoco han reunido una multitud…
- Al igual es por eso que han sacado la carta. Aunque si ese es el material de denuncia que tienen… ¿te has fijado que en la misma frase nos comentan como la menor entra en su cuarto (celda) y sale, así, sin más. Sin lima, ni llaves ni ná?
- Curioso.
- Y en como la menor comenta que estaba con un ataque de ansiedad en el que se pone rígida y no puede respirar ni pensar pero es capaz de describir todo lo que pasaba a su alrededor y valorar desde una posición neutral y profesional las intervenciones del equipo educativo.
- Increíble.
- Y además tiene su título homologado en politraumatismos: fractura, luxaciones,… y seguro que tiene informes médicos que corroboren dichas acusaciones.

- Y con tanta crueldad y tanta accesibilidad que tienen hacia nuestros chavales, ¿como sólo hay una carta de estas características siendo 50 chavales los que están viviendo en el centro?
- En fin, Paco, ojalá llegue el día que esta gente comente algo sobre los muchos chavales que les han transmitido todo lo que se les ha ayudado, lo que han logrado en el centro gracias al trabajo de cada uno de los profesionales, o los chavales que, directamente, han percibido sus denuncias y argumentos como realidades diferentes del lugar donde se encuentran internados y les han ignorado antes, durante y después de concocerlos.
- Pues si Manolo. Y para despedirme de ti y de este 2008 sólo reafirmar nuestro apoyo hacia aquellos profesionales que están siendo injustamente criminalizados. A nuestros chavales ya les mostraremos nuestro apoyo en su día día, que es donde tenemos que estar.

7 comentarios:

  1. Hola. Os animo a apuntaros a la edusosfera, http://edusosfera.googlepages.com/

    Un listado de blogs de educación social donde comenzamos a estar muchos blogs de educación social. Creo que vuestra iniciativa es muy buena para contrarrestar toda la mala información del blog centro de menores (que lo único que hace es poner información poco contrastada, además de insultar)
    Animaros! sería bueno que os conociera más gente.
    Felicidades por vuestro blog. ¡Ya era hora!

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  2. yo estuve (viendo ) la concentración de Gran Vía , eran mogolñón (15 o 12) , enhorabuena chicos de la asmablea , seguir así .

    manipuladores.

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  3. Hombre, yo tambien vi la concentracion, y no habia mucha gente, pero tampoco 12...

    De todas formas es lo de menos.
    Os animo a dar a conocer este blog, sobre todo en aquellos ambitos institucionales donde las empresas que se lucran a costa de las necesidades sociales de los demás estén representadas. Así igual Epi y/o Blas medren dentro del negocio solidario...aunque me extraña...hablar, aunque sea a favor de la institución, si no es por petición de la misma, está mal visto. No vaya a ser que tengan iniciativas, aunque en ese momento les vaya bien...


    Sin embargo, sigo esperando una cosa, que reconozco que ilusamente en su dia me llegué a creer. Y es que al principio no os cansabais de explicar que este blog era un lugar donde poder un debate profesional sobre cómo intervenir, intercambio de ideas y experiencias laborales, etc. También se ha dicho en varias ocasiones que se iba a aclarar lo de la separación de grupo, la medicación, la privación de libertad, etc...desde un punto de vista cientifico, claro, exponiendo los motivos por los que el encierro es beneficioso para el menor. Sigo (y me temo que seguiré) esperando.
    Feliz año!!!!

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  4. Llegó el momento de gritar con la palabra escrita, de entonar un “basta ya”. Un basta ya a las injurias que se lanzan desde la ignorancia de aquellos que intentan valorar sin conocimiento de causa real, desde la mirada subjetiva distorsionada quizás por ideales utópicos (sin querer significar que no sean nobles, pero de dudosa aplicación al caso que nos compete) y manipulada por la irracionalidad del que no ve que se le esta tendiendo una mano y se traiciona a si mismo traicionando a esa mano.

    No quiero dar a lugar al desmerecimiento de las buenas intenciones que puedan motivar a estos acusadores desde sus convicciones personales, pero cuando estas intenciones se convierten en látigos castigadores sobre espaldas inocentes, me gustaría cuestionar quién es más inquisidor en el litigio que vienen comandando. Tampoco quiero caer en la hipocresía al denunciar precisamente ésta, porque, todo hay que decirlo, no soy quien para valorar según que cosas, y es que permítanme la descortesía, aún no me he presentado.

    Yo no soy cocinero, no soy vigilante, no soy monitor, menos aún psicólogo y aunque me toque muy de cerca, no soy educador social. Si señores, no soy ninguno de esos de los que algunos se empeñan en seguir llamando carceleros crueles. Soy simplemente una persona de entre otras tantas, dueña de su conciencia, de sus oídos y sus ojos. Ojos y oídos que quizás no vean ni escuchen de puertas para adentro de las cuestionadas “prisiones de cristal” a las que algunos de refieren al hablar de centros de menores cerrados, pero son ojos y oídos que saben escuchar a las personas y saben discernir entre una sonrisa y la mirada triste de quién desgraciadamente deberá cargar de por vida losas que sin desearlo de todo corazón se han adherido recientemente a sus espaldas.

    Quizás no pueda ser imparcial a la hora de discutir sobre la idoneidad de la existencia de centros de menores cerrados. Lo que si puedo valorar es la profesionalidad de las personas que en ellos trabajan, personas que desde mi punto de vista son realmente altruistas pues muchas veces renuncian a una vida cómoda y solvente para ponerse al servicio de los demás. Personas que actúan como padres y madres de unos retoños un tanto especiales, los vástagos indeseados de una sociedad que los repudia pues no consiguen adaptarse a ella.

    Una sociedad que los crió como son a base, puede, de ignorarlos desde muy temprana edad, de hacer oídos sordos a las injusticias que sobre ellos se cometían cuando se les privaba de cualquier educación adecuada, sobre todo en los valores básicos que sustentan la convivencia civilizada con nuestros semejantes, cuando se les privaba de cualquier afecto o cariño. Menores que en muchos casos han crecido ajenos a cualquier regla o limite, en entornos poco idóneos para su desarrollo personal normalizado.

    Y una vez que el daño ha sido creado, cuando esa despreocupación ha desembocado en conductas agresivas, asóciales, autodestructivas, me parece demagogo reprochar a aquellos que se desviven por dar una nueva oportunidad a estos chavales de incluirles dentro del entramado social, por suplir esas carencias de cariño, y autoridad al mismo tiempo, a las que durante su cortas vidas fueron sometidos y que realmente son el verdadero problema a sus trastornos.

    Cuando de primera mano conoces a una de esas personas que no tienen maldad alguna, que las veinticuatro horas del día vive pensando en esos muchachos, que por ello no pueden desconectar de su trabajo y que siempre están ideando fórmulas para motivarlos, que salgan adelante, que se olviden de donde están y se centren en evolucionar personalmente, cuando ves que estas personas actúan de padres y madres de alquiler con toda su buena voluntad y sacrificio personal y luego, a pesar de todo lo bueno que hacen por estos muchachos, son traicionados y tachados de maltratadotes, a uno le hierve la sangre. Cuando encima, unos libertarios inconformistas que sólo se dedican a criticar y en ningún caso a proponer alternativas, reafirman esas acusaciones sin conocimiento de causa y van lanzando dardos envenenados por doquier con rumbo errático inculpando injustamente a quien menos tiene culpa, es para desmoronarse.

    Por todo ello, sólo me queda dejar en este escrito todo mi apoyo sincero a todas aquellas personas de las que puedo dar fe, desempeñan de manera ejemplar su trabajo y se han visto salpicadas por turbias descalificaciones que en ningún caso se merecen credibilidad alguna, ni merecen si quiera ser tomadas en consideración. También quiero que quede constancia que de buena mano se de los rebotes que tenéis que aguantar cuando por vuestra obligación tenéis que imponer normas de conducta, siempre agotando la vía dialogante y razonada, pero también se de los brotes espontáneos de cariño que los chavales os profesan mucho más a menudo cuando se percatan de que por fin alguien se está preocupando y esta luchando por ellos, algo de lo que, también injustamente, nunca queda constancia.

    Un abrazo a los educadores de Picón

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  5. Carta muy emotiva y que entiendo perfectamente.
    Pero por desgracia, la realidad no es tan fácil. No niego que muchos trabajadores de estos centros se desvivan por los chicos allí encerrados. Se que es cierto. También se que es cierto que algunos de estos trabajadores son auténticos salvajes.

    Pero lo que no puedo dejar de reivindicar es la necesidad de autocrítica y de crítica general en todas aquellas personas que se dedican a esto.
    Ciertas muchas cosas que se plantean en esta carta. Cierto que, por muy emotiva que sea, parte también desde el desconocimiento de lo que sucede en los centros. Extraño acusar de no contrastar información a unos, y permitirse el lujo de la defensa incondicional de otros. Y cuando hablo de desconocimiento, lo digo desde el conocimiento. No voy a entrar a poner ejemplos sobre la extrema estupidez de las normativas que aplican aquellos que se desviven por los chicos. Estoy seguro que con toda la buena voluntad del mundo en muchas ocasiones...pero es que sigo esperando a que alguno de estos bienintencionados explique públicamente por qué es beneficioso para un menor encontrarse en situación de aislamiento. Por mucho que se agoten las vías dialogadas (a veces, además, en los centros, y en los servicios sociales en general, confunden el diálogo con el monólogo), mantener a alguien en aislamiento no sólo es absurdo sino perjudicial. Porque no olvidemos que se utiliza como sanción...

    En cuanto a lo del cariño, puyes en fin...cuantas mujeres torturadas y maltratadas por su pareja no se declaran profundamente enamoradas!!!!!!
    En el caso de los menores la situación es aún más trágica. Por sus brutales carencias afectivas, cualquiera puede ser alguien a quien querer. Toda su vida sus relaciones afectivas han sido patológicas, y lo siguen siendo. Lo realmente complicado (pero eso debería ser el trabajop educativo, en gran parte) es romper ese circulo vicioso. Además, somos animales sociales, necesitamos querer y sentirnos queridos para poder sobrevivir...de hecho, si fuera posible, al enterrarnos terminariamos cogiendo cariño a los gusanos que nos están comiendo. Pero obviamente, ese afecto no es real.

    El camino del infierno está lleno de buenas intenciones...

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  6. Aqui se puede seguir contrastando informacion
    http://fundacionobelenno.blogspot.es/

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  7. Todo loq ue dices sobre el ser humano como un ser social necesitado de afecto estoy de acuerdo, e incluso puedo darte la razón en que en determinadas circunstancias el cariño manifestado por un menor puede ser irreal.
    Pero, ¿vosotros no habéis cogido a una menor que estaba en la entrada del centro y la habéis utilizado aprovechando que manifestaba un gran enfado por el centro o algunos de los profesionales que tarabajan en él?
    ¿Ese odio es auténtico?
    Según tú teoría no, pero en lugar de hacer caso a la razón decidís utilizar a la menor para defender vuestra causa perdida y tachar con injurias a cuantos profesionales que dicha menor os comenta.
    Y no nos vengáis con que la menor ha puesto una denuncia y no sé qué historias: poner una denuncia es muy sencillo.
    Dejad de hablar de denuncias y respetad el derecho constitucional de la presunción de inocencia.
    Si fueséis personas íntegras publicaríais en vuestra web sentencias y no denuncias.
    Ah, que tonto! Si no hay sentencias.

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